domingo, 24 de enero de 2010

Nocilla Dream, o como aprendí a ser crítica.

¿Conocen ese libro de Agustín Fernandez Mallo, "Nocilla Dream"? Seguramente no, por que a pesar de ser el autor español y exponer en su libro una interesante forma de hacer literatura (que sin embargo se reduce a un solo ejemplo, pues seguir su patrón quedaría haría de obras futuras simples copias del original sin valor imaginativo ninguno)no lo conoce ni su padre. Quizá en su comunidad natal sí sea más conocido.

El caso es que con "Nocilla Dream" se nos presenta una idea (entre otras muchas, tantas como personajes quizá)desde hace tiempo creo estar empezando a experimentar.

Es ese día que te levantas, lees a quien fué tu maestro entre maestros (en el caso de "Nocilla Dream", Jose Luis Borges)y descubres que, ya no te llena. Las palabras sn vacías, los argumentos repetitivos, aún cuando sabes que la expresion guarda toda clase de brillantes matices y simbolismos, te das cuenta horrorizado de que, no es diferente a cualquier otra obra elegida al azar entre cuanlquier escritor mediocre.

En mi caso no se puede decir que tenga a ningún maestro entre maestros (todos son magníficos, a su manera)ni que me levantara de golpe y descubriera que todo se ha acabado. No es exactamente eso, es muchísimo más liviano, casi inexistente y ambiguo.

Es el recuerdo de que, en algún momento, todo aprendiz necesita desligarse de su maestro y quizás destruirlo.

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